La imagen de nuestra época

Historia y fotografía. El siglo XX en imágenes.

"Podemos taparnos los oidos durante
la tormenta, y los rayos continuarán sonando. O cerrar los ojos ante la crueldad de la guerra, y las bombas seguiran cayendo. O contener la respiración para evitar la pestilencia de los cadáveres descomponiendose, pero seguiremos oliendo a culpabilidad. La ignorancia no nos exculpa". M.P.

sábado, 14 de abril de 2012

Fotografía y patrimonio. 3: Granada zirí. a) LA PUERTA DE ELVIRA


     En un periodo que abarca varios siglos desde la conquista islámica, llegan a la península unos beréberes procedentes de Ifriqiya del grupo Talkāta, de la rama sinhāya y de la macro-tribu de Barānis: los ziríes.
     Estos ziríes se asientan en Madinat Ilbira en primer lugar, para poco después trasladarse a Granada junto con la población elvirense, fundando una nueva medina (1013). El asentamiento de estos ziríes, se produce como resultado de un acuerdo con la población autóctona, como se puede concluir a través del análisis de los hechos y de la lectura de las Memorias del sultán ‘Abd Allāh (LÉVI-PROVENÇAL & GARCÍA  GÓMEZ).
     Con este pacto, de una parte los elvirenses, como pueblo desmilitarizado, obtienen un protector en unos momentos de gran inseguridad como la fitna, y de otro, los ziríes, consiguen el gobierno, el cobro de tributos y la fidelidad de sus súbditos (bay‘a).

     El primero de los restos que nos encontramos en la ruta de la Granada zirí es la Puerta de Elvira. Veamos algunos de los textos e imágenes de uno de los símbolos de la Granada islámica.


     Eguílaz y Yanguas habla de la existencia de una Puerta de Elvira en el siglo IX, cuando recoge el texto de la Ihata de Ibn al-Jatib, que narra la batalla de la madina: "..volvieron del monte de Alfacar en su persecución dirigiéndose a la Puerta del Sol de Granada, donde encontraron fuerte resistencia. En lo más encarnizado del combate, y cuando más encendido se hallaba, desapareció Saguar de la batalla con porción escogida de sus caballeros, y cargando con su enseña quedaron aquellos aterrados y sufrieron grandes perdidas, e imaginando que sus auxiliares (los de los árabes) habían venido a atacarlos por la espalda, retrocedieron derrotados y Saguar y sus compañeros los fueron acuchillando hasta la Puerta de Elvira". Para Eguílaz esta narración demuestra la identidad de Elvira y Granada, poblaciones ambas que ocupaban la una los altos de la alcazaba Cadima y sus alrededores, y la otra la colina en cuya cima se alzan las Torres Bermejas o castillo de Maurora, como le apellida algún escritor del siglo XVI".
     Y concluye de la siguiente manera: "el Bib Elvira de Ahmed ben Isa, hasta la cual fueron perseguidos y acuchillados los muladíes y cristianos de aquella ciudad, es la antigua Puerta de Elvira,37 cuyo nombre ha llegado hasta nosotros, la secular y magnífica puerta que daba entrada a la celebérrima urbs de Plinio, a la Iliberi de Tolomeo, al Municipio Florentino Illiberitano, a la que en las postrimerías el siglo III de la era cristiana tuvo la inmarcesible honra de ver reunidos bajo las excelsas bóvedas de su gran basílica a los obispos de la Iglesia española".

En el fresco de la Batalla de la Higueruela, que  Fabrizio Castello realizó en los muros del claustro del monasterio de El escorial, a instancias de Felipe II, aparece una representación de la Puerta, muy cercana a como había quedado tras la ampliación en época nazarí.
 
Heylan realizó un grabado de la puerta comienzos del s. XVII. Mereció figurar como una las reliquias de la antigüedad; los análisis de los modos constructivos la emparejan con la Puerta de Hernan Roman.

La Puerta de Elvira en la Plataforma de Ambrosio de Vico.

El historiador Henríquez de Jorquera nos describe la Puerta Elvira a mediados del siglo XVII:
"Defendía su entrada un fuerte muro con tres puertas. La puerta principal se  encuentra en un torreón. Esta puerta daba acceso a otras dos: la de Cava que lleva al Albaicín y la que conduce a la calle Elvira. La imagen de nuestra señora de las Mercedes está colocada sobre la puerta principal".

La Puerta de Elvira en 1877. Dibujo de Gómez Moreno.


Dibujo realizado por Manuel Gómez Moreno González y publicado en la Guía de Granada de 1892.

Su nombre deriva de la orientación hacia la primitiva cora o capital de la demarcación territorial de Elvira, la ciudad califal de Madinat Ilbira.

La Puerta de Elvira a comienzos del s. XX.


La puerta de Elvira enlazaba por levante con los muros que bajaban desde Puerta Monaita (Bab al-Unaydar), acceso principal de la Alcazaba Qadima. Estos muros, que cercaban el arrabal del Zenete (Rabad al-Sened), constituían un sistema de doble lienzo de murallas, paralelos a la cuesta de Abarqueros, de los que quedan algunos restos en las zonas cercanas a Elvira.


Restauración de la muralla cercana la Puerta en el año 2004.




Tras el derribo del edificio situado en el nº 1 del Horno de la Merced, al N del arco, se descubrieron aún más restos de la muralla y estructura de la puerta. Quedaba por tanto un amplio espacio abierto y un conjunto estructural de gran envergadura, y de una gran importancia, no solo como elemento monumental, sino como uno de los pocos ejemplos de arquitectura defensiva, relativamente intacto y que ofrecía grandes posibilidades en cuanto a su recuperación y puesta en valor se refiere.Así en 1998 se realizó un proyecto por encargo de la Junta de Andalucía para habilitar ese entorno como un parque arqueológico. En este se planteaba la necesidad de llevar a cabo sondeos estratigráficos con la finalidad de localizar restos estructurales que documentasen y completasen el conocimiento de dicho complejo defensivo.
El objetivo principal de la intervención a realizar era el recoger datos sobre la trayectoria y orientación de los muros y paños de muralla, así como documentar la existencia de restos de estructuras, en el entorno inmediato de la puerta, que permitan clarificar la articulación de esta zona. Se realizaron un total de seis sondeos en los que no fue posible clarificar algunas de las cuestiones sobre relaciones estratigráficas en cuanto a las estructuras emergentes se refiere. El solar fue vaciado,, lo que logró la crear un pequeño parque arqueológico.

Imágenes actuales, después de la última restauración.





EL ESTADO ZIRÍ.    
 El Estado zirí es en gran medida heredero del califal. El poder está concentrado en manos de una élite, homogénea desde el punto de vista étnico que se puede identificar con los sinhāyas ziríes. 
     Esta «aristocracia» se reunía en un consejo tribal (yamā‘a) que tenía un alto poder vinculante, ya que era la que designaba al heredero al emirato. Por ello, se puede señalar
que en el Estado la autoridad era en cierto modo «colegiada».
     Se designaba a un emir al que se le delegaba parte del poder pero éste debía consultar todas sus decisiones con dicha yamā‘a, salvo durante el gobierno de Bādis y el último periodo de ‘Abd Allāh, ya que el primero impone su autoritarismo y el segundo, en una situación crítica, concentra en sus manos todo el poder.
     Los beréberes ziríes contarían con una serie de colaboradores, altos funcionarios que formarían también parte del Estado. La mayoría de éstos no pertenecían a su grupo
tribal y eran de otras etnias y/o religión. Esto podría explicarse bien porque estos beréberes estaban poco preparados en el manejo de cuestiones administrativas, dado que eran fundamentalmente guerreros, y/o por integrar a otros sectores de la población en el aparato estatal para que el pueblo se sintiese identificado con el Estado.

     RESTAURACIÓN DE LA PUERTA. 1992

     De dicha restauración es la planimetría que realizó la Escuela de Estudios Ärabes.

           - Alzado norte de la Puerta y la Muralla.



            - Alzado oeste de la Puerta y la Torre.






           - Planta hipotética y actual de la Puerta.



Cambios y elementos adosados en época cristiana.
     En el vano de la muralla situado frente a la calle de Elvira fue colocado en 1495 por mandato de los Reyes Católicos, un cuadro de la Virgen de las Mercedes, que muy deteriorado llegó hasta casi mediados del siglo XIX, y bajo él, un oratorio reconstruido a principios del siglo XVII, en el que se veneraban unas imágenes de los apóstoles San Pedro y San Pablo de gran devoción en la ciudad. 
     En la parte exterior de la puerta de Elvira hubo también otro cuadro de los Santos Justo y Pastor que fue colocado en 1610, del que da cumplida noticia Gómez Moreno.
     Junto a la puerta, ya en la calle de Elvira y construida en un hueco de la antigua muralla, hay una pequeña Capilla de gusto ojival que ha sido restaurada en 1994, en la que se venera una imagen de la Virgen de las Angustias y otra de San Juan de Dios. Fue erigida a mediados del siglo XVI por ser este el lugar en que Juan Ciudad vendía libros y estampas antes de dedicar el resto de su vida a los pobres y enfermos. Se sabe que fue reconstruida en 1880 por encontrarse en un lamentable estado de abandono.
     En la cartela conmemorativa reza lo siguiente: “Fue reedificada esta capilla erigida en honor del patriarca de la caridad San Juan de Dios, fundador de la Orden de los Hermanos Hospitalarios, a expensas de don José María Vasco y Vasco, caballero de la Real Maestranza de Ronda. Acabóse en 30 de septiembre de 1880; en el mismo día fue bendecida por el Excmo. y Revmo. Sr. D. Bienvenido Monzón, arzobispo de esta diócesis”.

Hoy comentamos: El rescate, de Matthew McDermott.

     El mismo M. McDermott comenta esta extraordinaria fotografía del rescate de un niño tras el terremoto de Haití.

“El 14 de enero, dos días después del terremoto que asoló Haití y muy especialmente su capital, Puerto Príncipe, llegué al país con la fundación AmeriCares y pasé 11 días fotografiando las consecuencias de uno de los mayores desastres humanitarios de Centroamérica en los últimos años.
Al comenzar a oscurecer el séptimo día después del terremoto, mientras conducía hacia Puerto Príncipe por el pequeño vecindario de Delmas, cercano a la capital, vi un convoy del New York Task Force 1 intentando rescatar a alguien de debajo de los escombros de un edificio. Trabajar de noche en Haití era algo peligroso, pero decidí quedarme con ellos.
No había mucha gente, y menos aún periodistas. Éramos tres fotógrafos y un camarógrafo. Debían de llevar casi un par de horas trabajando cuando yo llegué al lugar.
El grupo New York Task Force 1 está compuesto por bomberos y policías altamente especializados en situaciones de emergencia y riesgo para la población civil. Cuando volvían a su campamento después de una durísima jornada de trabajo, un grupo de gente les avisó de que habían oído voces que provenían de un edificio en ruinas. Se trataba de un niño y una niña.
El rescate del joven Kiki y su hermana se preveía largo. Uno de los mayores problemas con que se enfrentaban era evitar que la estructura de cascotes cediera y aplastara a los niños. Ahí es donde estos expertos demuestran que son unos auténticos profesionales, dispuestos a poner su vida en peligro para salvar la de otros. Usaron cámaras de inspección ['snake cameras'] para dar con ellos. Kiki tenía una voz fuerte y todo hacía presagiar que saldría con vida sin problemas.
Y así fue [tanto en su caso como en el de su hermana]. Sin embargo, hubo momentos de mucha tensión, ya que el chaval, tras siete días y medio enterrado y a oscuras, comenzó a ponerse nervioso al ver la luz del casco del hombre que llegó a él, y se escondió aún más. Fue necesaria la intervención de su madre para calmarlo. La buena suerte quiso que quedara atrapado en un hueco y que, por tanto, no sufriese heridas. No sé si tuvo acceso a comida y agua, pero creo no.
Finalmente, tres horas después de mi llegada, lograron sacarlo. Todo ocurrió muy rápido y casi no tuve tiempo de pensar. La gente empezó a chillar y a aplaudir, y Kiki hizo ese gesto con los brazos que vemos en la fotografía mientras uno de sus rescatadores lo imitaba.
Yo casi no me lo creía. Tuve que comprobar la foto en la pantalla de la cámara. Estaba muy sorprendido por el aspecto tan saludable que presentaba Kiki. Fue un momento muy emocionante, y entonces supe que jamás en mi vida lo olvidaría. Como fotógrafo, sentí la necesidad de compartir con el resto del mundo la felicidad de ese instante tan bonito.”
Nota del autor del artículo: diez minutos después, el equipo de rescate lograba sacar también con vida de entre los escombros a la hermana de Kiki, Sabrina.


Fotografía con historia: Los caballos de Centelles.

     Los Guardias de Asalto de la foto de Centelles apuntan sus fusiles parapetados tras una pila de caballos muertos en la esquina de Diputació con Llúria. En la foto en blanco y negro, el sol se cuela a través las hojas de unos árboles que ya no existen y motea con su luz la escena. En la actualidad, esa función la suplen los cristales del edificio del chaflán opuesto. Unos conos montan guardia con solemnidad provisional.
                                                                                        (Agustí Centelles)



     Es una de las imágenes más conocidas de la Guerra Civil española. Fue tomada el 19 de julio de 1936, una vez iniciada la guerra.
     Se había librado un combate decisivo. Tropas leales, compuestas por agentes de seguridad y paisanos, habían detenido el avance de una agrupación de 70 hombres, del regimiento de Artillería Ligera núm. 7, procedente del cuartel de San Andrés. Tenían por misión enlazar con las tropas de infantería que ocupaban desde la madrugada la plaza de Catalunya y, desde allí, descender por el Portal de l’Angel y Laietana, para ocupar los edificios de la Generalitat, en la plaza de Sant Jaume. Sobre las 11 h. de la mañana fueron sorprendidos por un pequeño grupo de guardias y civiles a la altura de la calle Bruch. Al oír los disparos, acudieron compañías de Guardias de Asalto desde la Comissaria de Laietana y desde la plaza de Catalunya. Los militares lograron avanzar hasta Pau Clarís. Allí consiguieron montar una de las piezas para cañonear la Comisaría. No está claro si efectuaron esos disparos o no. Fueron cercados entre Llúria y Clarís y hostigados desde las azoteas de algunos edificios. El combate duró dos horas y se produjeron numerosas víctimas, entre ellas, los mandos de Artillería. Algo más tarde de la una, los guardias de seguridad y milicianos tomaron al asalto las posiciones rebeldes. Se hicieron con los cañones y numerosos prisioneros.


    Los caballos han formado un remolino al caer. Quizás forzados por los arneses y empujados por el primero de ellos en morir. Centelles los había fotografiado con insistencia desde el momento en que llegó. 


     Centelles llegó al lugar como una hora más tarde. Pasadas las 14h. Había transcurrido suficiente tiempo para evacuar los muertos y heridos — en sus fotos no aparecen —, pero los cañones seguían ahí, cargados de civiles eufóricos. Centelles recorrió la calle fotografiando ese ambiente de triunfo. De vez en cuando, volvía a la pila de caballos muertos que había quedado cerca de Llúria y les hacía una foto. Esos animales eran el tiro de uno de los carros de los militares.



     Uno de los Guardias de Asalto posa por segunda vez para Centelles. Si vais por esta esquina, pasad los dedos por la arista de la pared, por encima de vuestra cabeza y la del funcionario. Podréis descubrir así el parche que tapa la muesca que ha dejado una bala.

(Agustí Centelles)


     Agustí Centelles (Valencia 1909-Barcelona 1985), que alcanzó una cierta notoriedad como fotógrafo en los años de la II República española, se comprometió con el Gobierno republicano tras el golpe de Estado franquista y se convirtió en uno de los grandes retratistas de la resistencia.

       Tras la derrota republicana, en 1939, el artista catalán (aunque nació en Valencia, se trasladó a Cataluña de niño) se exilió y fue internado en el campo de refugiados de Bram, donde continuó ejerciendo su trabajo.


     En unas recientes declaraciones,  el hijo del fotógrafo asegura que “Como se trabajaba en analógico, cuando mi padre disparó esa foto ya vio que el individuo se ponía, pero le dio la sensación de que había disparado antes. La cortó. No es muy conocido el asunto de que vino un avión privado a recoger veintipico fotografías, entre ellas las de Centelles, para salir en la prensa internacional. Es el icono más valorado.


     Mi padre reconocía que había dos fotos preparadas, que no quiere decir montar un atrezo y hacerlas, sino que no eran documentos del momento. La famosa foto de los caballos es la última".


viernes, 13 de abril de 2012

II Guerra Mundial. Otra forma de mirar.

     El fotógrafo ruso Sergey Larenkov ha elaborado una impactante recopilación de imágenes de la II Guerra Mundial en un montaje con los espacios físicos actuales.     Los escenarios se mueven entre las ciudades de Berlín, París y S. Petersburgo.