Fotógrafo estadounidense de origen polaco. A partir de 1935 empezó a
trabajar como free-lance; instaló en su coche un aparato de radio
sintonizado con la onda de la policía, lo que le permitía llegar
rápidamente al lugar del suceso para tomar fotografías. Sus reportajes
representan una de las primeras tentativas de buscar temas en la más
cruda realidad social.
"La particular mirada de Weegee, cargada de teatralidad, hizo que
asesinatos sangrientos, policías agresivos con fedora y gabardina y
delincuentes magullados de medio pelo se transformaran bajo sus ojos en
retratos de una ciudad en la que sus habitantes, curioseando desde las
ventanas, o acercándose para jalear un arresto, humanizaban esas escenas
y cambiaban el centro de gravedad de lo que se contaba en ellas.
Su interés por los espectadores de crímenes o de tragedias
ciudadanas construyeron un lenguaje propio que en última instancia
sirvió para ofrecer un retrato veraz de la era de la Depresión. Y aunque
se le ha tachado de naive y hay quien no ha querido tomarle en serio,
sus fotos de esa época están a la altura de la de muchos grandes de la
fotografía documental, desde Robert Capa a Walker Evans. Además, abrió
una duda en el fotógrafo y el espectador, cómo retratamos la muerte, y
esa pregunta nos la seguimos haciendo" explicó a este diario Brian
Wallis, comisario de la muestra".
Algunas de sus imágenes han quedado como el mejor reflejo de la historia negra de Estados Unidos.
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